El 18 de junio abrió en Francia Aushopping, un centro comercial virtual que de momento funciona en modo beta. La iniciativa corre a cargo de Immochan, la sociedad promotora de centros comerciales perteneciente al grupo Auchan (Alcampo en España).
En este centro se pueden adquirir productos pertenecientes a 14 categorías diferentes que cubren las principales necesidades de consumo: electrodomésticos, productos culturales, viajes, telefonía móvil, informática, ropa y complementos,... incluso algunas categorías concretas de alimentación.
La tracción del precio
Los pilares de la oferta de Aushopping son un comparador de precios, el entorno social que pretende crear y la posibilidad de visitarlo en 3D mediante un avatar que previamente se haya creado. La compra no se realiza en el centro comercial; una vez el visitante ha elegido el producto y donde comprarlo, al hacer click sobre su opción se le dirige a la página web del retail correspondiente para cerrar allí la compra.
El comparador de precios parece el punto fuerte, ya que permite al comprador comprobar rápida y comodamente la oferta existente para el producto que busca (la comparación de precio on line es una de las actividades más comunes entre los internautas). Pero no siempre es así, ya que en algunas categorías de productos el número de tiendas comparadas es muy reducida (en ocasiones una única opción). En otras por el contrario sí se compara entre una oferta extensa, con posibilidades de ahorro muy interesantes.
Precisamente porque facilitar el ahorro es el mayor atractivo del centro, llama la atención la poca explotación que se hace de esta ventaja. Por ejemplo en ningún lugar se explicita el ahorro máximo que se puede llegar a conseguir en un producto, y los artículos elegidos como destacados en la página principal no siempre tienen un diferencial de precio sustancial (en ocasiones ninguno) entre las diferentes opciones.
También social
Como no podía ser de otra forma, Ausshopping también quiere nacer social. Disponen de una página en Facebook, pero su vocación parece ser la de convertirse en su propia red social. La página principal presenta un cuestionario de afiliación básico para facilitar el alta de nuevos usuarios, pero el ampliado es muy extenso lo que permite crear un perfil bastante definido de cada visitante.
Cada usuario puede contribuir a la generación de comunidad invitando a sus amigos a participar del centro, compartiendo contenidos (archivos, enlaces, artículos de opinión), creando grupos y organizando eventos. Es una buena opción el "SOS regalo", mediante el cual cada visitante puede hacer una lista de productos que le gustaría que alguien le regalase, y que puede ir actualizando cada vez que navega por el centro comercial.
Con respecto al funcionamiento de la página web, ésta no deslumbra por su diseño, que solo es correcto. La búsqueda de productos y contenidos es sencilla y bastante intuitiva mediante un sistema de filtros y búsquedas aproximativas. Sin embargo la navegación a veces se hace un tanto incómoda por la alta sensibilidad al paso del ratón que activa los desplegables, y por la frecuencia de actualización de los banners que van demasiado rápidos. La página web se carga rápido.
Atractivo pero con puntos débiles
Un centro comercial virtual parece a simple vista la evolución lógica de las tiendas on line, de tal manera que se recorriese el mismo camino que hicieron las tiendas físicas. Presenta para el consumidor la suma de las ventas del centro comercial físico y del ecommerce; la posibilidad de comparar la oferta de numerosas tiendas, elegir y comprar sin necesidad de desplazarse; y de hacerlo para numerosas categorías. En sentido contrario un centro comercial virtual tiene que competir con otras ofertas online más especializadas en categorías concretas de productos que barren prácticamente toda la oferta exitente en la red. Para algunas categorías como las electrónicas (por ejemplo) esto parece una seria desventaja.
Para los retailers la idea tiene ventajas interesantes, sobre todo en lo referido al conocimiento del cliente y su interacción con él. Los datos de cada alta y sobre todo el registro de movimientos que cada usuario proporciona, pueden ser de mucho valor para si se sabe qué hacer con esa información (y si se tiene acceso a ella, obviamente). Para empezar es posible diseñar una política promocional mucho más personalizada en función de cada perfil de comprador. El hecho de que el cliente llegue a la página web del retailer a través de la del centro comercial puede ser un problema. Se corre el riesgo de tener una tasa de rebote alta, especialmente si no se cuida el "landing".
Para que una iniciativa de este tipo tenga éxito es imprescindible lograr un tamaño mñinimo en número de usuarios, que a su vez está condicionado por el número de tiendas presentes en el centro comercial. ¿Crees que los retailers estarán interesandos en participar? ¿Preferirán seguir desarrollando su propio ecommerce en solitario?
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