La omnicanalidad es una tendencia, esto significa que aun no es una
realidad extendida en la industria del retail, al menos no en España como
demuestra un estudio realizado por Prodware que deja claro que el sector está
lejos de haber implementado en la práctica este concepto.
Antes de ir a los resultados de la investigación, hay que mencionar que el
informe ejecutivo arranca definiendo qué es la omnicanalidad y los diferentes
niveles en los que un retailer puede pasar hasta lograrla; en concreto son
seis, desde el inicial (en el que prácticamente nada se ha hecho para lograrlo)
hasta el “top”, en el que se consigue un desarrollo ideal. Muchas veces se
incorpora al vocabulario de las empresas términos de moda pero cuyo significado
exacto se desconoce, confundiendo el debate interno y ralentizando la
actuación; así que hay que agradecer la teorización.
Yendo a los resultados, lo más destacable es que siete de cada diez
empresas confiesan que no pasan del nivel intermedio, siendo casi un 40% los
que se quedan en el nivel básico o inicial. Se podría decir que lo habitual es
que el comprador se encuentre con políticas comerciales (fundamentalmente
precios y promociones, en ocasiones también surtido) coherentes en los
diferentes canales, pero su experiencia se debilita y empobrece porque se ve
reducida en la práctica a un solo canal. El retail moderno es una industria
flexible que ofrece el comprador distintas alternativas para que elija la mas
conveniente en cada momento, pero para conseguirlo es necesario romper los
límites entre canales.
La ausencia de conexión de los canales también limita la consistencia de la
experiencia de cliente a lo largo de su customer journey. Cuando los canales no
están integrados es imposible seguir al comprador en su proceso y se pierden
las oportunidades de mejorar la interacción en cada etapa de un viaje que complejo
y multicanal.
Sin canales integrados las empresas siguen viendo a sus clientes de manera
fraccionada o incompleta, su conocimiento se resiente. Ni siquiera el historial
de compra del cliente está garantizado, y solo un 57% de las empresas dicen
tener una visión única de lo que compran sus clientes en los diferentes
canales. Con todo, la información transaccional es la más extendida, muy por
delante de otras como la información sociodemográfica (19% de
disponibilidad), comportamiento en canales digitales (15% de disponibilidad) de
carácter psicográfico (11% de disponibilidad).
Es bastante habitual que la gestión de los canales se refiera a los canales
de venta, dejando a lado los de contacto, y no es posible ofrecer una
experiencia omnicanal sin tenerlos en cuenta, aunque solo fuera por la
información que ofrecen. Llama la atención que a pesar del gran esfuerzo que
significa poner en marcha y mantener un ecosistema de contacto digital con el
público objetivo, solo un 15% de las empresas se preocupen por conocer el
comportamiento de sus clientes en el mismo cuando cada vez con más frecuencia
es posible seguir el rastro digital del comprador a lo largo de todo el
proceso, en diversos momentos, espacios y mediante diferentes dispositivos.
Esta falta de información conlleva que a la hora de plantear las campañas
comerciales y de marketing la información más usada sigue siendo las
características demográficas y el historial de compra. Por lo tanto se siguen
desarrollando campañas basadas en grandes grupos de compradores que comparten
rasgos básicos, y son programadas para su ejecución en el tiempo de una manera rígida,
es decir, con un serio déficit de personalización y de interacción con un
comprador que no solo reclama que se le considere individualmente, también que
se le responda a cada necesidad de inmediato y con una respuesta adecuada a
cada momento.
La omnicanalidad avanzará y el escenario que dibuja la
investigación de Prodware cambiará en pocos años, es una cuestión de
supervivencia para los retailers; quienes no lo hagan se encontrarán en una
posición de desventaja competitiva ante los avanzados en la creación de nuevos
entornos de relación que se adaptan a las necesidades, preferencias y
exigencias del comprador digital. La omnicanalidad es por lo tanto una
tendencia, no una moda, está transformando el retail y todos los que quieran
seguir en él deberán tomar buena nota de ello.
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