Durante los
últimos meses hemos visto llegar al mercado español varias start-ups -algunas
extranjeras, otras nacionales- relacionadas con lo que se está conociendo como
"q-commerce" o comercio rápido. Se podría decir que se trata de la
segunda transformación del comercio electrónico en alimentación (e-commerce)
después de que surgiese el comercio móvil (m-commerce), aunque en este caso se
trata de una propuesta que va más allá de un cambio de canal de comunicación.
El asunto no es
nuevo, en 2019 Glovo anunció su intención de abrir “dark stores” (pequeños
establecimientos que sirven como centros de preparación de pedidos sin estar abiertos
al público) con la intención de ofrecer servicios ultra rápidos de pedidos. A esta
plataforma se han sumado en los últimos meses otras empresas como Dija, Blok, Gorillas o Cajoo; las tres primera ya están operando en grandes ciudades, la cuarta lo hará
en el futuro. Todas tienen en común dos cosas: “dark stores” como centros de
operaciones y participar en la batalla por ser el más rápido entregando, prometiendo
entregas incluso en 10 minutos desde la realización del pedido.
Parece obvio pensar
que el crecimiento de esta oferta tiene relación con el incremento del canal
on-line debido a la pandemia de COVID-19, que incluso llegó a duplicar su participaciónen el mercado, pero hay otras razones menos coyunturales y más estructurales
que también lo explican; estas razones están relacionadas con cambios que están
transformando el comercio mundial, y no solo el alimentario. Estos negocios son
posibles de momento en grandes aglomeraciones urbanas que seguirán creciendo y
que generan nuevos estilos de vida que dejan poco o ningún tiempo para hacer
las compras y en los que la demanda de servicios de conveniencia crece
constantemente, este es el primer cambio. El segundo es el uso de la tecnología
digital como base del negocio; se trata antes de nada de empresas digitales
(Blok se define a sí misma como un negocio de plataforma) en las que la
inteligencia artificial es fundamental para lograr la eficiencia en las
operaciones que permita mantener la propuesta de valor. El tercer cambio es menos
frecuente en el sector de las plataformas de mensajería, ya que en su propuesta
muchas de estas nuevas empresas introducen el compromiso con las condiciones
laborales de sus trabajadores e incluso la promoción preferente de marcas
locales y productos de kilómetro 0.
Conveniencia
basada en la digitalización para una oferta socialmente más responsable, el
q-commerce aglutina la mayoría de las tendencias transformadoras del comercio, y
si le sumamos el hecho de que no se trata de un comercio propiamente dicho sino
que su enfoque es menos el de un retailers al uso, y más el de un intermediario
de servicios entre el comprador y el productor al que proveerá de datos del comportamiento
de sus clientes que hasta ahora no tienen, nos encontramos con el retail híbrido,
otra de las grandes transformaciones que estamos viendo.
Sobre la
importancia que este nuevo tipo de comercio podría llegar a tener, sería un error
pensar que pelearán por el nicho de mercado que ahora cubren las tiendas de
conveniencia. Su propuesta de surtido puede superar las 2.000 referencias con
facilidad, más amplio que profundo, lo que les permite lograr una cesta de 10 a
13 productos, con un valor de 25 euros (son datos declarados por Blok). Se trata
de la misión de compra de reposición de despensa, un tipo de cesta mayoritario para
los supermercados urbanos. Difícilmente lograrán capturan las grandes cestas de
llenado de despensa, que quedará para el comercio electrónico que hemos conocido
hasta ahora (incluyo en esta categoría las modalidades de “click and collect”),
pero sin duda no pelearán por un nicho de mercado. El volumen de mercado
potencial y lo disruptivo de su propuesta de valor alineada con las actuales
demandas de un nuevo comprador cada vez más numeroso, hace que no sean
operadores a tomar a la ligera, y de hecho algún líder mundial ya está participando
en el accionariado de uno de ellos.
Por otra parte,
las dudas pueden provenir de su capacidad para cumplir con su promesa y de su
tamaño. Lo segundo se resolverá mediante la concentración que ya se anuncia y
se asume como necesaria para consolidar la oferta, lo segundo me parece más
importante, ya que es lo que les hace verdaderamente diferentes del resto; si
bien se puede admitir esperar unas horas o incluso días para llenar la despensa
de los productos que se pueden almacenar, no se puede hacer lo mismo para los
productos que son necesario para la cena o el desayuno de día siguiente. En
este punto, en su capacidad de mantener la promesa implícita en la “q” con unos
costos asumibles para el comprador (no hablo de baratos, hablo de asumibles
porque incluyo también el valor que el comprador debe asignar al hecho de el
servicio también es respetuoso con los trabajadores que lo ofrecen), es dónde
se la juegan.