Hace menos de un año escribí un post dedicado a los asistentes virtuales y su influencia en el retail, en el que señalaba que se podrían convertir en un
nuevo participante de la industria insoslayable para los retailers
tradicionales. Indicaba también las diferentes opciones que le quedaban a los
comerciantes, apuntado que la mejor para la mayoría era encontrar la forma de colaborar
con los gigantes propietarios de la tecnología. En tan poco tiempo ya hay
bastantes ejemplos al respecto.
Hay dos ideas bastante extendidas alrededor de los asistentes que conviene rebatir.
La primera es considerarlos solo junto con el hardware específico en el que en
ocasiones se alojan. Lo importante no es el aparato en sí sino la inteligencia
artificial capaz de interactuar con otros sistemas, su extensión a cuantos más
dispositivos mejor es fundamental para convertirse en ese intermediario imprescindible
en el proceso de compra, y compañías como Amazon y Google está impulsando esta
estrategia con acuerdos en sectores tan diferentes como electrodomésticos
(Google Assistant y LG) o automoción (Alexa con Ford).
La segunda es creer que mientras los usuarios no cierren la compra mediante
estos bots la incidencia en el negocio será nula. Es cierto que de momento el
porcentaje de compradores que los utilizan para cerrar sus compras es bajo, y
que se usan para comprar productos habituales y con bajo riesgo en la decisión,
pero la importancia que están adquiriendo en la fase de búsqueda y consideración
no es nada desdeñable, y por lo tanto su influencia en la tienda en la que se
termina haciendo la compra tampoco; OC&C estima que en 2022 el volumen de
comercio controlado por los asistentes de voz será de 34.000 millones de euros.
Precisamente por aquí están yendo las colaboraciones entre retailers y
tecnológicas, en aprovechar las capacidades de los asistentes para que la
compra sea más conveniente, fácil, cómoda y rápida. En España tenemos los
ejemplos de Burger King y Telepizza con Alexa de Amazon. En los dos casos se usa
el asistente para facilitar la realización de pedidos mediante la voz previa
activación de la skill de las dos compañías en la página web de Amazon. Telepizza
ofrece un plus al hacer que el sistema aplique automáticamente las mejores
condiciones promocionales en vigor el día del pedido; conveniencia más ahorro.
Los ejemplos de colaboración con el retail alimentario los encontramos en
otros mercados europeos. Quizás el más destacable sea el de Argos (enseña de la
británica Sainsbury’s), que ha llegado a un acuerdo con Google para que su asistente
permita realizar pedidos en pedidos de tecnología, juguetes y productos básicos
con recogida en el mismo día en más de 850 tiendas. Este nuevo servicio es coherente
con la apuesta por el click and collect de la enseña, pero el asunto va mucha más
allá porque (según datos de la misma compañía) el 60% de las ventas de Argos
empiezan en Internet, así que estar bien posicionados en la búsqueda mediante asistentes
de voz será imprescindibles para ellos en un futuro (para ellos y para otros
muchos distribuidores).
Sin salir del Reino Unido, Ocado -uno de los pure players de más éxito en e-commerce
alimentario- tiene un acuerdo con Amazon que permite a los usuarios incorporar mediante
la voz productos a la lista de la compra al tiempo que recibe recomendaciones
de productos de temporada, recetas o sugerencias basadas en su historial de
compra. Ocado está llegando a acuerdos a ambos lados del atlántico (el último
ha sido con Kroger en Estados Unidos) para proveedor de su plataforma tecnológica
a distribuidores alimentarios que quieren impulsar su e-commerce, por lo que es
una buena lanzadera también para la extensión de los asistentes de voz.
En Italia Google ha llegado a un acuerdo con Esselunga para permitir que
sus clientes hagan su lista de la compra interlocutando con Google Assistant o Google
Home. Un acuerdo similar también se produce en Francia con Leclerc que permite
a los usuarios llevar mediante la voz productos a la lista de la compra de la
aplicación o la web del retailer. A este tipo de experiencia se suman también
otros líderes del retail alimentario galo, alguno incluso lo sitúan en la parte
más visible de su estrategia de futuro poniendo incluso a disposición de la
tecnológica los datos de sus clientes, aunque el retailer seguirá siendo su propietario.
De momento la experiencia con los asistentes no es nada sofisticada, y
estamos lejos del ideal de un personal shopper al que vamos dando instrucciones
para que llene nuestro carro de la compra de los productos que más nos
convienen, pero las firmas que están detrás de estos ejemplos son líderes en
algunos de los principales mercados europeos (algunos de ellos también a nivel
mundial) que han adoptado rápidamente esta nueva tecnología para proporcionar a
sus clientes una experiencia de compra mejor; todo apunta a que este proceso de
adopción irá rápido, al menos por parte de los retailers, habrá que ver qué
ocurre con los compradores.
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